¿Tienes estrés laboral? Descúbrelo

Christian Erfurt -Unsplash

Por: Kathia Cervera

El burnout laboral es un tema muy sonado en estos tiempos, no sólo porque, hoy en día, tenemos más acceso a la información, sino también porque las cargas emocionales que el trabajo pone sobre nosotros son cada vez mayores. Para empezar, esta afección se refiere a un agotamiento, tanto físico como mental, que se ocasiona por el estrés constante en la jornada laboral. De entrada, suena a algo a lo que todos —o la mayoría de nosotros— podríamos llegar en algún punto, pero… ¿esto es normal? La respuesta es simple: no. Sentirse mal no es normal en ningún caso, así que si has tenido alguno de los síntomas que enlistaremos aquí, te recomendamos buscar ayuda profesional y buscar construir una relación más sana con tu trabajo y equipo.

1. Falta de motivación
¿Te has sentido desmotivado o con pocas ganas de hacer tus cosas? Esto no es coincidencia, el primer síntoma de burnout en aparecer, es la falta de motivación, de inicio a fin, en la jornada laboral. Esto puede deberse a la falta de objetivos, la poca claridad en tus tareas e incluso, la comunicación deficiente o poco asertiva. Sin duda, cuando entras en un ambiente lleno de presiones, pero con nulo reconocimiento, es casi natural que el resultado sea un bajo performance debido a la desmotivación. Nuestro consejo es que evalúes si hay algo de tu lado que puedas cambiar o mejorar, pero ten en cuenta que no siempre será tu responsabilidad que la situación mejore, así que no te juzgues tan fuerte.

2. Agotamiento
Duermes, pero no descansas; segunda señal de que algo anda mal. Seamos sinceros, todo trabajo y reto tienen un grado de estrés que, a la larga, podría resultar cansado. El problema viene cuando, a pesar de tener un buen rendimiento, cumplir con tus metas y demostrar los mejores resultados, sientes pesadez y agotamiento, no sólo físico, también emocional, todos los días. Si ir a la oficina o conectarte por las mañanas se vuelve cansado e incluso molesto, podrías estar comenzando a padecer burnout. Aprende a diferenciar entre “tener un mal día” y pasarla mal siempre, si notas que te quejas constantemente, estás más irritable y buscas un culpable, sin excepción, cada vez que un error sucede, no estás cansado, ve pensando en pedir unas vacaciones.

3. Cero concentración
Es muy probable que no sea déficit de atención, más bien, ya no quieres hacer lo que haces. La falta de concentración es muy común en quienes sufren de hartazgo laboral. No sólo se trata de tareas sin terminar o de distracciones leves, también puede manifestarse con procrastinación, evasión y enojos constantes. Si comienzas a sentir que hacer tu trabajo te cuesta demasiado, es momento de preguntarte si estás en paz con tu puesto, tus responsabilidades, el equipo y tu sueldo. Es válido cuestionarse sobre un trabajo, pero nuestra recomendación es que busques equilibrar mejor tu vida laboral y tu vida fuera del empleo, ya que si alguna, la que sea, pesa más en la balanza, comenzarán los problemas.

Vasilis Caravitis- Unsplash

4. Aislamiento social
Hay una delgada línea entre “tener mucho trabajo” y no ser un workaholic. Aunque no lo creas, trabajar en exceso fuera de tu horario también puede ser síntoma del burnout; esta señal es más bien conocida como aislamiento social, que no solamente se manifiesta dejando de hacer planes en tu vida fuera del ámbito laboral, también puede significar el poco contacto con tus compañeros de trabajo. Lo más preocupante de este síntoma, es que seguramente te hará querer evitar cualquier interacción que pudiera “distraerte” de tus tareas, aún cuando necesites una pausa.

5. Perfeccionismo
Toda persona que busca superarse puede llegar a ser demasiado autoexigente, eso no se juzga. El problema está en el perfeccionismo desmedido, ese que hace que nada te parezca suficiente, aún sabiendo que has cumplido con todo en tiempo y forma. Este síntoma podría resultar confuso, pues también parecería señal de disciplina o ganas de hacer las cosas con excelencia, sin embargo, si el perfeccionismo resulta en decepciones constantes, insatisfacción y estándares poco realistas, tal vez el problema no esté en ti, sino en tu manera de vivir tu proceso laboral.

6. Frustración
Si te das cuenta, todos estos síntomas están conectados y pueden ser consecuencia, uno del otro. La frustración puede ser resultado de la autoexigencia extrema y del agotamiento emocional; muchas veces no entendemos por qué nos pasan las cosas y eso nos molesta a sobremanera. Además, es muy probable que, con la frustración, vengan el enojo, la irritabilidad y la despersonalización. No atender este síntoma a tiempo puede traerte muchos problemas. Intenta ser lo más realista posible en tus metas y, si sientes que estás “perdiendo la cabeza”, busca una opinión externa, sobre todo la de un especialista. Si has llegado hasta aquí, lo más probable es que sufras de burnout, así que no dudes en comenzar la terapia y, sobre todo, en encontrar una forma de desconectarte de tu empleo al menos por unos días.

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7. Problemas físicos
Este es el síntoma más fuerte de burnout laboral y el que puede significar que estás pasando por un estrés sumamente elevado y grave. Manifestar problemas físicos como migrañas o fuertes dolores de cabeza, tensión muscular, contracturas, e incluso malestares digestivos diversos como la gastritis, colitis o un cuadro completo de gastroenteritis, puede ser señal de que tu cuerpo está pidiendo paz. Dejar que el trabajo influya en tu salud es un error del cuál podrías arrepentirte si no lo atiendes; toma en cuenta que todos necesitamos descansar, pero además, que todos merecemos un ambiente digno, donde nuestro esfuerzo se reconozca y se compense, no solamente con palabras, también con un sueldo justo.

Además, ¡ningún puesto laboral vale tu vida! Si estás en un empleo tóxico, donde por más que pidas ayuda o busques mejorar la comunicación, no eres escuchado, lo mejor será que comiences a buscar nuevas oportunidades y te enfoques en recuperar tu salud.

No es necesario llegar al burnout para que comiences a equilibrar tu vida y tu trabajo. Es importante que siempre tengas en mente que lo más importante es que estés bien en todos los aspectos y que ningún síntoma de incomodidad o malestar es normal. Si bien, tener un empleo te brindará estabilidad económica y diversos tipos de bienestar, debe también generarte tranquilidad, seguridad, motivación y crecimiento. Si nada de eso está presente en tu día a día, ¡ahí no es!

Diana:
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